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La 'ejecución' de "París en el siglo XX" de Julio Verne

- Querido Jacques- dijo Quinsonnas-, al presentarte a Michel Dufrénoy he querido que conocieras a un joven amigo que es de los nuestros, uno de esos pobres diablos a quienes la sociedad niega el uso de sus aptitudes, una de esas bocas inútiles a las que amordazan para no alimentarlas. - ¡Entiendo! El señor Dufrénoy es un soñador- respondió Jacques. - ¡Un poeta, amigo mío! Y te pregunto qué ha venido a hacer a este mundo, donde el primer deber del hombre es el de ganar dinero. - Evidentemente- dijo Jacques-, se ha equivocado de Planeta.

Julio Verne

Publicado: 2015-09-28


Julio Verne escribía estos párrafos hacia finales del siglo XIX, con aquella visión futurista que lo caracterizaría siglos después; se aproximaba a una triste realidad que vivimos hoy en día. El mundo de las bellas artes, de las letras, de los científicos sociales ha decaído, ya no tienen importancia en las decisiones del mundo. En "París en el siglo XX", Julio Verne nos muestra cómo sería el París de 1960, el cientificismo, las ciencias contables y matemáticas se han apoderado del mundo y lo han llevado al extremo de olvidar su esencia, su corazón porque se prioriza el ' ¿a dónde vamos?' y se deja de lado el '¿de dónde vinimos?'. Ya nadie quiere estudiar pintura, literatura, lenguas clásicas; porque, para ser sincero, ya no es necesario. La situación se vuelve más caótica cuando tampoco existe ya el legado de los grandes pensadores del mundo, Victor Hugo es un ser en extinsión, los pensamientos de los grandes filósofos se encuentran apilados en un sótano oscuro de la gran Sociedad General de Crédito Instruccional que arroja tal máquina industrial cantidades abismales de banqueros, contadores e ingenieros. No hay espacios para quien esté interesado en escribir, en reflexionar sobre los problemas sociales, no hay otro tipo de expresión que no sea la orientada hacia el 'progreso material' hacia la búsqueda de 'mayores ganancias'.

Me pregunto hasta qué punto podemos comparar nuestra sociedad ya del siglo XXI con aquella que Verne nos presentaba de manera lejana, pero muy concreta en el siglo XIX. ¿Por qué es tan difícil entender que alguien quiera estudiar literatura y no finanzas? ¿por qué la sociedad subestima a quienes escriben, a quienes opinan, a quienes crean, a quienes enseñan? Quizá Julio Verne jamás pensó que una de sus profecías menos conocidas sería una de las que con mayor certeza llegaría a concretase, y aunque el libro concluya de una manera muy deprimente creo que estamos a tiempo de reivindicarnos. Este pequeño grupo que conformamos, amigos, aquellos que preferimos sentarnos frente a un teclado, reflexionar sobre el pasado, sobre la vida, sobre el arte, sobre las grandes historias estamos en la necesidad de reivindicarnos y demostrarle a la sociedad que en verdad nos necesita, que no trabajamos ni escribimos para que nuestra producción sea leída, y difundida en una esfera pequeña. Estamos en la obligación de divulgar lo que producimos y proyectarlo hacia una contribución social en pos de la personal. Quiero saber qué piensa el señor que camina por la calle sobre la literatura, quiero saber por qué un banquero cree que es incapaz de tener y entender un libro de historia sin pensar que solo es un manual de fechas, quiero saber por qué un administrador colombiano no considera relevante la pintura de Fernando Botero sobre la muerte de Pablo Escobar. De nada vale lamentarnos sobre cómo llegamos a parar aquí, si quieren saber algunas hipótesis interesantes los invito a leer este libro tan hermoso y a la vez tan deprimente de Verne, muchos dirían que el menos interesante porque se aleja totalmente de la temática de aventuras, pero creo que dentro de todo el París del siglo XX en el que se encuentra el protagonista es una verdadera aventura porque se encuentra solo, perdido en un mundo que cada vez lo reprime, que le recorta toda posibilidad de cubrir sus intereses. Aún no llegamos a este punto y, probablemente, quizá nunca lleguemos porque con toda la tecnología, las grandes obras pueden preservarse de muchas maneras, pero a lo que sí nos estamos aproximando es a la desaparición de los ejecutores de estas bellas artes, de estas ciencias y disciplinas, nos aproximamos también a que sus producciones se queden en la mente de pocas personas, cuando lo que deberíamos estar haciendo es un gran campaña de difusión en la que expliquemos a la sociedad POR QUÉ es importante lo que hacemos.


Escrito por

Marilyn Céspedes

Historiadora. 24 años


Publicado en